domingo, 14 de diciembre de 2008

60 - Masas y minorías

Los comentarios de política, que algunos interpretan como una crítica antojadiza antiperonista, no son producto del resentimiento porque no me dieron juguetes cuando era chico como suelen bromear mis amigos, del mismo modo mi desdén por los deportes de multitudes no es porque los “chicos malos” del San José no me elegían para formar parte del equipo de fútbol, ni mi desprecio por los políticos proviene de que no me votaron las varias veces que fui candidato como tampoco mi desinterés por los recitales de rock fuera porque no tuviese juventud.

Lo que siento es un rechazo a la masificación, en tanto las masas son las que definen el devenir político y económico en un sistema democrático irrestricto en donde vale la cantidad y no la sensatez del voto. Las masas además son vulnerables a la propaganda política y como no cuestionan los contenidos, son presa fácil de quienes aprovechan esta característica para desinformarlas manipulando la verdad, deformándola a conveniencia de tal manera que adquieran una actitud negativa que las perjudica y que solo sirve para mantenerlas en estado latente de subordinación al líder. Un ejemplo de ello es hacerles creer que todos los males son culpa de otro: la oligarquía, el capitalismo, el imperialismo, los yankys, los terratenientes, los gorilas, etc. privándolos de la verdadera forma de superar cualquier adversidad que es esforzándose, capacitándose, siendo eficiente, desarrollando destrezas, de tal manera que muchas personas necesitarán y apreciarán sus servicios, que así evolucionarán económica y socialmente y así serán hombres independientes.

Para quienes las circunstancias nos condujeron por el camino de la racionalidad y aceptamos vaciar nuestros espíritus de preconceptos, de la mano del liberador de conciencias argentino José Ingenieros tal como conté en entradas anteriores, llega un momento en que se adquiere una visión del mundo sin retorno, es imposible ya formar parte de un rebaño. Cuando se han cuestionado una y otra vez todas las verdades, las rebeladas y las establecidas, se toma la cualidad de ser “individuo” y cuando se encuentra con otras individualidades, se coincide en no coincidir como decía Ortega y Gasset. [1]

Con mis comentarios, simplemente encuentro una forma de participar aprovechando esta extraordinaria herramienta que es Internet y sus blogs como forma sencilla de exponer puntos de vista distintos en un ambiente sobresaturado de engaño y parcialidad, repitiendo hasta el hartazgo interpretaciones falsas y tendenciosas que tanto daño hacen a nuestro país.

Por otra parte, durante el siglo XX asistimos al ascenso social y político de las masas, que creyeron que reemplazarían a las minorías alentadas desde las barricadas populistas, pero no advirtieron que para nada las reemplazaron. Las minorías no son el fruto de un privilegio social o político, sino del esfuerzo por la superación; las minorías no son las clases altas, son las excepciones del conjunto que resignan vivir de las satisfacciones y los placeres mundanos en aras de crecer interiormente, de desarrollar el intelecto, extensivo también a cualquier obrero o artesano que busca perfeccionar sus destrezas. Llamo entonces para que quede claro, “minorías” a las que solo entienden de deber y de exigencias y “masa” a quienes han delegado en su líder o puntero sus derechos a pensar a cambio de bienestar.


Fans = fanáticos, ¿será tan bueno o es el único camino que les dejaron? Mientras algunos están aquí otros están estudiando o trabajando.

En Argentina, el peronismo no representó nada importante más que una estrategia electoral para alcanzar el poder através de las masas, para ello se utilizó la mentira y descalificación sistemática de una parte de la sociedad a la que se estigmatizó como oligarquía, pero sin decir la verdad de cual fue el punto de partida para esos precursores que les toco luchar desde la nada absoluta. Solo el 10% de la provincia de Buenos Aires era tierra controlada y había una población ínfima en todo el territorio, por cierto no había nada parea distribuir más que sudor y lágrimas. Tampoco recuerdan que en 1945 Perón reconocía que encontró el Banco Central lleno de oro y que no se podía caminar por los pasillos de la cantidad de metálico que había. Él, claro está, encontró que distribuir, la inmensa riqueza que le dejaron los conservadores y que dilapidó en pocos años hasta quedar sin recursos ni para importar el petróleo que no supo extrer de nuestro suelo, hasta que por fin contradiciendo todos sus discursos demagógicos contrató a la Standadr Oil de California.

Pero los efectos de la mentira pronto se hicieron sentir, la plaza de la lealtad popular de aquel famoso 17 de octubre, y otras convocatorias donde los descamisados debían concurrir con toma de asistencia para escuchar la verborragia del dictador terminaron de la peor manera.
17 de octubre de 1945, día de la lealtad popular. Asumió el poder en1946


23 de septiembre de 1955. Nueve años después el pueblo en forma espontánea festeja el derrocamiento de Perón por la Revolución Libertadora.

Perón siguió adoctrinando a la juventud desde el exilo, de donde surgieron los movimientos revolucionarios que pensaron que tomarian el poder al retornar el viejo caudillo pero la realidad fue otra:

1º de mayo de 1974, Perón echa a los Montoneros de Plaza de Mayo.

Les vociferó desde el balcón: “imberbes”, “imbéciles” mientras desde la plaza se oía:

"Qué pasa, qué pasa / qué pasa General / que está lleno de gorilas / el gobierno popular".

Los Montoneros, creyeron que compartirían el poder, que ingenuos, a Perón solo se le obedece como buenos borregos, esa tarde se marcharon y tomaron luego las armas y ensangentaron la nación. Hoy están en el gobierno haciendo todo lo contrario de lo que eran su “ideales”, las caricias del poder los llevó por el camino de la corrupción y el enriquecimiento personal.


[1] El muy interesante libro “La rebelión de las masas” de Ortega y Gasset se descarga gratuitamente en 20 segundos de innumerables sitios de Internet.

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