domingo, 25 de noviembre de 2007

14 - Bajo La Alumbrera

Estando de actualidad el tema de la minería, me permito salirme nuevamente de la cronología para contar lo que ocurrió un domingo de otoño de 1997. Estaba al medio día en la vereda de “Amigos”, el local de los hermanos Rafael y Laureano López, cuando llegó Omar Pachá preguntándome si quería ir a conocer la mina Bajo la Alumbrera, que saldría un ómnibus hacia Belén donde cenaríamos y pasaríamos la noche y al día siguiente temprano, llegaríamos a la mina donde tendríamos una visita guiada.

Es necesario aclarar que estas visitas las patrocinaba el gobierno de Catamarca y no tenían ningún costo, ya habían partido visitas similares de todos los otros departamentos y quizás por el orden alfabético Tinogasta era el último viaje autorizado a entrar en la mina antes de su inminente puesta en producción.

Le había pedido a Pachá si podía ir con mi esposa ya que siempre me acompaña en mis viajes, pero me dijo que solo era posible que viajara uno. Después de algunas horas me llamó por teléfono para decirme que si podía ir mi esposa, por cuanto no podía convencer a casi nadie que participara de este viaje gratuito.

Ocurría que ese día domingo había un partido de fútbol y la gran mayoría de las personas que fueron invitadas prefirieron ver el partido a conocer la mina. El ómnibus tuvo que esperar casi hasta la noche para no salir vacío, iban solamente 7 personas de Tinogasta y unos 4 jóvenes que venían de Fiambalá. Uno de ellos incrustó una radio entre los asientos del ómnibus para escuchar el partido y al verle el aspecto poco afín con el interés en cuestión le pregunté a uno de ellos si sabían a donde iban, a lo que me respondió que don “Coco” les había pedido que suban al ómnibus, que esa noche habría un asado gratis en Belén, por lo que queda claro que de Fiambalá no participó ningún adulto de la invitación.

Recorríamos esa noche la plaza de Belén cuando nos encaró una persona que dijo ser el intendente, averiguó si éramos de la delegación de Tinogasta y tras asentir, nos preguntó por el resto de la comitiva, a lo que respondimos que solo éramos ese pequeño grupo. Las expresiones de sorpresa y desagrado de ver que el único departamento de la provincia que no enviaba el ómnibus lleno se hizo notar al día siguiente, cuando al subir al ómnibus los de Tinogasta, entró el intendente y dijo que si a los tinogasteños no les interesaba aprender nada, sobraban belichos interesados en hacerlo; de esa manera completó el ómnibus con belichos que esperaban ansiosos poder ir y partimos hacia la mina.

Cuando llegamos, había una barrera y muchos autos tapados de tierra a los costados, se presentó un hombre de casco informándonos que sería el guía durante la visita, la mina estaba a varios quilómetros adelante. La primera pregunta que le hicieron fue por que había esos autos tapados de tierra, a lo que respondió que eran de algunos obreros, pero a la mina no se puede entrar con autos y como los turnos eran 7 días de trabajo y 7 de descanso y no existiendo todavía asfalto los autos se llenaban de tierra.

Nos dijo que lo primero que piden a los obreros que ingresan es que acostumbren decir “mi empresa” no “la empresa”, porque es fundamental sentirse parte de lo que se hace; dentro de la mina la atención esta puesta solo en el trabajo y en lo que se pueda aprender de los que más saben; para eso tienen 7 días libres para dedicarse a sus cosas, el auto dentro del complejo entonces era un objeto extraño e inútil.

Al llegar a las inmensas instalaciones de la mina comenzaron las sorpresas una tras otra: en un edificio muy grande había un inmenso letrero que abarcaba todo el costado del edificio que decía: “EL QUE NO PLANIFICA SU TRABAJO PLANIFICA SU FRACASO”, cada letra superaba el tamaño de una persona.

Nos llevaron a una montaña desde donde veíamos el paso de los enormes camiones Caterpillar conducidos por jóvenes señoritas, las ruedas medían 3,5 metros de diámetro y cargaban 250.000 kg de material.

Nos sorprendió la infinidad de Jeeps que circulaban todos con una especie de mástiles de 5 metros de altura con una baliza y un banderín de colores vivos en el extremo, nos explicó que desde la cabina de conducción de los gigantescos camiones no pueden distinguirse los pequeños Jeep y para evitar ser aplastados portaban esos altísimos banderines para que puedan ser vistos por las conductoras.

El tremendo hoyo de unos 600 metros de diámetro estaba recién en sus comienzos y nos dicen que tendrá 600 metros de profundidad, es por eso que las palas cargadoras de camiones son eléctricas para evitar las emanaciones de gas en el agujero cuando éste se haga muy profundo.
La cargadora frontal que estaba trabajando era la más grande del mundo, capaz de echar 250.000 kg en una sola palada.

Fuimos al dique de cola donde se depositarían los millones de metros cúbicos de material procesado durante los 30 años que dure la explotación, sabiendo que para ese entonces podría ser rentable la recuperación de minerales de muy baja ley.

Fuimos a las oficinas, donde vimos una cantidad impresionante de computadoras y mapas geológicos por millares, el edificio ocupaba casi una manzana.

Seguidamente nos llevaron al comedor, explicándonos que era un autoservicio y que no existían áreas para personas importantes y otras para obreros. Por el contrario, la idea era que el azar vaya entremezclando a personal de todos los niveles con la consigna que el de mayor jerarquía aproveche la oportunidad para ilustrar a quienes tuvieran menos conocimientos. Una demostración de inteligencia democrática poco común en nuestro país.

Había gente de todas las nacionalidades y por consiguiente se escuchaba hablar en múltiples idiomas. A la noche iban a tener un espectáculo folclórico con Los Nocheros y muchos otros artistas.

Cuando emprendimos el regreso, una señora de Tinogasta preguntó ¿cuál es la inserción de la mujer catamarqueña en esta empresa? , respondiendo: solamente han participado como mucamas y en quehaceres domésticos ya que los puestos de mayor jerarquía requieren el perfecto dominio del inglés y el manejo de computadoras. Como se suscitaron algunos murmullos, aclaró que tanto los jefes son extranjeros e imparten sus órdenes en inglés como también lo eran la mayoría de los técnicos especializados.

Por último es necesario aclarar que esto ocurría mientras se construía la planta, o sea que era como un gran obrador. Una vez terminada, la mayor parte de esas personas se iría dando lugar al personal estable que haría funcionar las instalaciones.

sábado, 24 de noviembre de 2007

13 - El primer mundo

Dijimos en capítulos anteriores que el Dr. Samedy, incansable viajero, al momento de unirse a “La Barra” ya conocía, aparte de toda Argentina, una gran cantidad de países, entre los que se destacaban casi todos los de Sudamérica, Canadá (donde fue profesor en una universidad de Montreal), Estados Unidos, España, etc. y viendo que ya contábamos con las bases mínimas de filosofía de la historia como para entender lo que veríamos, nos sugirió que saliéramos a conocer el mundo.

Para agregar sentido a nuestro encuentro con el primer mundo, narraré brevemente una experiencia anterior en la que había confrontado “idea” y “realidad”. En 1963 había partido de Tinogasta llevando frescas palabras de mi padre que se jactaba de ser un importante viñatero con 16 Has de viña. Cuando llegué a Mendoza, el primer día de clases subí al ómnibus conducido por un tal Matioli que nos trasladaba a Chacras de Coria donde estaba la facultad, al ver que era un nuevo estudiante me preguntó de donde era; le respondí que de Tinogasta, Catamarca , luego me preguntó a que nos dedicábamos: le dije que éramos viñateros, me preguntó que cuantas hectáreas teníamos a lo que respondí que 16. ¡Para que lo habré dicho! se inició una carcajada generalizada que se extendió por todo el ómnibus y solo salí de mi asombro cuando pregunté cual era la parte graciosa de mi respuesta. Claro, me explicaron que en Mendoza, un tal Furlotti tenía 5.000 Has de viña en un solo paño, aparte de muchas otras fincas. Que un tal Gargantini tenía 3.000 Has también en un solo paño, que fulano 2.000, etc.

Al llegar a la facultad descendía un helicóptero particular trayendo a un compañero; otro, al salir de clases, no podía recordar en que auto fue de tantos que tenía a su disposición.
Una mañana viendo un grupo de alumnos en rueda de conversación, traté de acercarme para participar, al verme el grupo se calló y pronto se corrieron algunos metros, sin entender que pasaba me acerqué nuevamente y el grupo se volvió a correr. Con estos antecedentes, había vuelto de Mendoza en 1970, época de formación de “La Barra” consciente que de mi mente juvenil habían desaparecido todas las fantasías.....

Vayamos ahora al primer mundo: con escasos a nulos conocimientos del inglés, aterrizaba nuestro avión una tarde de enero de 1981 en el gigantesco aeropuerto de Miami. Al salir por la escotilla, entramos en un monorriel sobre elevado que a velocidad vertiginosa nos trasladó al enorme edificio del aeropuerto.

El encuentro con la llamada “idiosincrasia americana” fue un impacto, fue enterrar en un segundo, una vida con ideas equivocadas, significaba despojarnos nuevamente de una grandeza inexistente, ya no la de Tinogasta frente a Mendoza, era la de un país frustrado, empobrecido, frente a otro grande, triunfador y poderoso.

Las abrumadoras palabras escuchadas hasta el hartazgo en nuestras tierras, agitadas por los paladines de las lucha de clases y de la mal entendida “justicia social”, con la prédica desvaída y constante de que nuestra decadencia se debía a los “imperialismos explotadores” a las “oligarquías terratenientes” y toda la parafernalia de estupideces que utilizaron los políticos argentinos, hombres desvirtuados, moldeados en el resentimiento, en la envidia y cuanto gigante dañino del alma estuviera presente en sus corazones, se veía ahora claramente, como simples justificativos de su mediocridad y de su ignorancia.

El norteamericano que vimos, es un hombre abocado al trabajo, a que todo esté en su lugar, ordenado, limpio, puntual; hombres y mujeres atentos, serviciales, dispuestos a cualquier esfuerzo por quien lo necesite. Nos sorprendió sobremanera ver la cantidad de gente muy anciana trabajando en farmacias, supermercados, y negocios en general, contrastando con algunos argentinos que se jubilan con 40 años.

Una mañana, no recordaba la ubicación de una lavandería donde había dejado una prenda, se acercó una señora de unos 80 años que tiraba de un changuito (carrito con ruedas) a interesarse por lo que necesitaba ya que me veía preguntar a unos y a otros pero nadie entendía español, por fin alguien exclamó “laundry” (lavandería),la señora me hizo señas de que la siguiera. No creerán pero esta señora caminaba tan rápido, que aún tirando de su carrito no podía alcanzarla, al cabo de unas 12 cuadras y señalando una esquina me dijo: here it is (aquí es). Muy agitado le agradecí su atención y la señora comenzó a desandar el camino. Como ésta nos ocurrieron muchísimas situaciones donde apreciamos la hospitalidad y generosidad de la gente.

Todo era diferente: calles y veredas anchísimas, decenas de metros de jardines antes de llegar a la línea de edificios, autopistas por todos lados, canchas de golf gratuitas a los lados de las carreteras, todo parquizado, lleno de flores, ni un papel en el suelo, grandes bahías atiborradas de yates, infinidad de islas con las hermosos chalets, el puerto con cantidad de transatlánticos repletos de turistas europeos en lujosos cruceros con ganas de vivir un anticipo del paraíso. La playa y los hoteles, uno a continuación de otro se extendían por unos 120 kilómetros sin interrupción hasta Palm Beach.

(Recomiendo a quien tenga instalado Google Earth, se sitúe en Miami Beach, en un nivel de zoom que permita ver las casas y embarcaciones y suban lentamente sin perder la playa hasta Fort Lauderdale, Boca Ratón y sus increíbles canchas de golf, hasta llegar a Palm Beach, con el instrumento de medición comprueben la longitud que menciono de por lo menos 120 km de hoteles y mansiones de lujo, la gran cantidad de vías navegables que vinculan el mar con infinidad de casas de veraneo).


Palm Beach


Boca Ratón
Fort Lauderdale


Miami Beach
Postales ilustrativas, sumando las distancias de la 4 fotos anteriores se sobrepasan los 120 km.

Vayamos al análisis ya que debe haber poderosas razones para que dos países que nacieron con escasa diferencia de años y lo que es más grave aún, a principios del siglo XX casi no había diferencias económicas apreciables, uno de ellos triunfó y el otro perdió totalmente el rumbo.

La Argentina en 1929 todavía tenía un ingreso per cápita mayor que el de Australia y Gran Bretaña. Los únicos que tenían un ingreso mayor que los argentinos eran los americanos.

La discusión que guía el blog se centra en la pobreza de Tinogasta, pero es necesario estudiar los pueblos que han derrotado la pobreza para tener pautas que expliquen nuestro fracaso.

En principio hay un elemento clave que ya se vino esbozando: la percepción norteamericana del individuo y el gobierno (no conciben el “estado”). Recordemos que todos los pensadores ingleses que formaron a los futuros colonos norteamericanos, Locke, Smith, etc. intentaron por todos los medios que el estado no avance sobre los individuos toda vez que se dieron cuenta que la grandeza de un país es la sumatoria de la riqueza de sus habitantes y el progreso estaría en manos de millones y millones de personas hábiles y trabajadoras; pero si la riqueza se concentraba en el estado era poner los recursos del pueblo en manos de una camarilla de ineptos y corruptos y en democracia esto era una garantía que degeneraría pronto en clientelismo y demagogia para mantener en el poder al grupo dominante.

Ya lo había expresado Alberdi: “La Patria es libre cuando no depende del extranjero pero el individuo no es libre cuando depende total y absolutamente del Estado”.

En Argentina el estado tomó un rol de garante de la distribución de la riqueza y la consecuencia está a la vista: altísimo porcentaje de empleados públicos, gran cantidad de subsidios a la pobreza, las empresas más importantes estuvieron en manos del estado, dirigista e ineficiente que las dejó en situación de quebranto.

Los políticos condensaron esta mentalidad con la frase que se diputan todos los partidos “la justicia social”. De apariencia benévola esta frase sintetiza la derrota como sociedad de la Argentina. ¿Por que? Porque engaña al pueblo que la culpa de sus desgracias la tiene el “otro”, por lo tanto hay que sacarle a unos para darle a otros y el papel de Robin Hood lo hace el estado.

Algunos efectos:

Descapitaliza la actividad privada con impuestos confiscatorios.
El producto de la confiscación es puesto al servicio de una burocracia improductiva.
Fuga de capitales, van donde los tratan bien no donde les roban cíclicamente.
Falta de inversiones, a un inversor no se le puede decir que venga a Argentina a hacer beneficencia social, pensar esto es no entender el capitalismo y el alcance de su responsabilidad. Es oponerse al único que puede resolver en serio los problemas existentes. Carlos Marx en el Manifiesto Comunista dice: “.. la Burguesía en sólo 100 años que había tenido dominio, había creado más riquezas que todas las generaciones anteriores juntas”.

En el primer mundo lo que se da es educación, cultura de muy buen nivel, se gasta en investigación para que las empresas sean competitivas e innovadoras, se gasta en industrialización y tecnología para que haya mayor valor agregado que permita una vida digna y desahogada a la mayoría de sus habitantes

Para un norteamericano la riqueza no esta mal vista, al contrario, según la religión de los colonos (el protestantismo) es un premio de Dios al sacrificio, por lo tanto no odian a los “ricos” y nadie estigmatizó como hizo el peronismo con su muletilla de “oligarcas y descamisados”, fomentando la estéril lucha de clases y enfrentando a los argentinos en bandos irreconciliables.

lunes, 19 de noviembre de 2007

12 - Von Braun en Chamical

Quienes sigan este blog notarán el énfasis puesto en destacar el valor del conocimiento como única fuente de desarrollo, tanto humano como social, cultural y económico. Es el producto de la mente humana el único capaz de generar riquezas por encima de las que produce la naturaleza y las sociedades, en continuo crecimiento, no pueden resignarse a vivir todos de la generosidad de la tierra.

Corría el año 1963 y allí por octubre de ese año llegó al país el extraordinario inventor alemán Dr. Wernher Von Braun, que además de sus famosas bombas voladoras V-2 que destruyeron Londres en la 2ª guerra mundial se preparaba, ya en Estados Unidos, para la más colosal de las experiencias vividas por la humanidad: dejar la Tierra por primera vez y viajar a otro astro, en este caso nuestra Luna.

Como en Chamical (La Rioja) se encontraba la base misilística CELPA (Centro de Experimentación y Lanzamientos de Proyectiles Autopropulsados) que en ese entonces lanzaba los cohetes del programa Gamma Centauro y siendo en ese entonces Argentina la 6ª potencia aeroespacial del mundo, Von Braun llegó a visitarla; se hizo famosa la frase que pronunció al descender del helicóptero que lo transportaba y viendo un grupo de riojanos que lo vitoreaban decía una y otra vez: “very macanudo boys”.


La carrera espacial argentina siguió adelante en forma acelerada durante el gobierno del Tte. Gral. Onganía con programas que involucraban cohetes cada vez de mayor tamaño y potencia hasta llegar al proyecto Cóndor capaz de llegar a la estratósfera y poner en órbita un satélite. Las experiencias siguieron con notable impulso hasta 1973 y comenzaron a decaer, lentamente hasta principios de los ochenta, pero finalmente fue desactivado junto con todas sus industrias colaterales por el gobierno peronista de Carlos Menem.

El siguiente párrafo fue extraído de: http://www.reconquistaydefensa.org.ar/_historia/espacio/conquista.htm

Como dice el ingeniero Pablo de León, presidente de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial, hoy científico de la NASA: “Lamentablemente por las deficientes políticas de los diversos gobiernos argentinos, su inoperancia, su falta de interés en el desarrollo nacional, su miopía y su falta de visión, la Argentina perdió su capacidad aeronáutica y espacial tan duramente conseguida. El punto llegó a su nivel más bajo a principios de los ’90 cuando se canceló el Proyecto Cóndor, se desmantelaron las instalaciones de Falda del Carmen, se cerró el IIAE, se cedió la Fabrica Militar de Aviones a una empresa extranjera, se disolvió la CNIE, etc.”.

Volviendo a la narración histórica de “La Barra”, quise contar la anécdota de Von Braun para que se entienda por qué, en la década de los 80, cuando decidimos lanzarnos a conocer el primer mundo y como consecuencia de ello vivir una profunda transformación en nuestra idiosincrasia: el primer objetivo fue el cuartel general de Von Braun en la NASA (Florida, Estados Unidos).

Cabo Cañaveral enero de 1981 motor de Saturno V y el “Rocket Garden” (Jardín de Cohetes)

Fue tal la impresión causada por la grandiosidad del complejo misilístico de Cabo Cañaveral, que en la próxima oportunidad que tuvimos visitamos nuevamente el complejo, esta vez nos acercamos al edificio de ensamblaje vertical, (el más grande del mundo) y pudimos tocar el Saturno V.

Enero de 1991 Edificio de Ensamblaje Vertical y el Saturno V que llevó el hombre a la Luna.



Vista satelital del complejo misilisto de Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos.

En próximos capítulos diremos como impactaron todas estas increíbles impresiones en el desarrollo intelectual y material en nuestro querido Tinogasta.

domingo, 18 de noviembre de 2007

11 - La cultura del bombo

Enriqueciendo con hechos actuales la historia de “La Barra”, cuento que días pasados me dirigía al local de verano del foro, al lado de la Iglesia, pero había en la plaza de Tinogasta un acto contra la minería.

Hablaba un individuo forastero que contaba con una “barra” que a cada frase rimbombante, golpeaban un bombo como para reafirmar lo que decía. Nos cayó muy mal porque la onda sonora del bombo hace vibrar la caja torácica, donde hay vísceras como el corazón a las que el imaginario popular le atribuye la residencia de las emociones y el tema a tratar era lo suficientemente complejo como para que actúen las neuronas del cerebro donde reside la razón y éstas son perturbadas por la polución sonora.

Pero para nosotros no es un problema nuevo, sabemos claramente el significado del bombo: es el menosprecio de la inteligencia ajena, es la soberbia de querer imponer ideas por la fuerza. Proviene de las técnicas fascistas incorporadas a las muchedumbres por el peronismo en el siglo pasado. Además se suma el volumen de los altavoces y el ruido permanente con lo que se anula la capacidad de discernimiento del auditorio.

A los pocos días vemos que en el mástil de la plaza se autoriza un espectáculo nocturno de una iglesia que se presenta con una orquesta y los infaltables bombos y baterías a destruir los tímpanos de los transeúntes, evitar cualquier diálogo entre las personas, molestar a los enfermos en decenas de manzanas a la redonda y a no dejar descansar al que tiene que salir a trabajar temprano al otro día.

En fin, la brutalidad en estado puro, pero no solo de estos personajes mucho más cercanos al demonio que a Dios, sino la brutalidad sin atenuantes de nuestras autoridades, que dan los permisos para que se violen todas las leyes de protección ambiental, en las que la polución sonora es una de las más dañinas a la salud física y mental de la población.

Pero esta lucha no es de ahora, ni es la plaza el único lugar donde se masacra a la población con los ruidos insoportables, cada vez que hay un baile, o un bingo, o cualquier acontecimiento en algún local céntrico al menos 100 manzanas a la redonda deben resignarse a no poder dormir por cuanto en Tinogasta, pareciera que aún no llegó el mensaje primordial de la civilización que dice: “ los derechos de uno terminan donde comienzan los ajenos”.

Para los tinogasteños incivilizados que cometen estos delitos, el otro no existe, unos pocos centavos a ganar son suficientes para ignorar la molestia ajena.

En este contexto ya podemos hacer alguna reflexión sobre el tema de los “ambientalistas” de Tinogasta, es increíble que desde las escuelas se incite a los jóvenes a pegar carteles en las viviendas privadas, donde gente quizás con muy pocos recursos han hecho pintar la casa o las tapias para embellecer el pueblo y los “alumnos” la llenan de grafitis y pegatinas señal de la barbarie propia y adquirida en las escuelas.

Uno de esos carteles decía: “No me maten”, “No a la minería”, desde este blog les digo a los jóvenes: no es la minería las que los va a matar sino la ignorancia, la pobreza, los maestros corruptos que cobran y viven de paro o con licencia, la falta de virtud de la clase dirigente, la falta de ética en el despilfarro de fondos coparticpados y la falta de conocimientos para desarrollar una región.

Tinogasta se ha quedado sin fuentes de trabajo y se oponen a cualquier fuente de trabajo, deben averiguar lo que pasa en el resto del país para comprobar que este pueblo es el único que no progresa, es el pueblo con más éxodo poblacional y ustedes serán los responsables ante la historia de haberse esforzado para que no haya trabajo.

domingo, 11 de noviembre de 2007

10 - El mapa del progreso

Todos los conceptos son discutibles y justamente en esto se fundamenta la existencia del foro, pero a nadie escapa que una mirada al mapa del mundo y conociendo los indicadores del progreso de los países, se ve claramente el efecto que tuvo Inglaterra en el desarrollo de sus antiguas colonias, en contraposición con el subdesarrollo de las que pertenecieron a España.

Fue en Inglaterra, donde se echaron las bases del progreso económico, al aplicar los conocimientos científicos al desarrollo tecnológico e industrial y que fue el liberalismo, con pensadores como Jhon Locke, Adam Smith y los conceptos del “Common Law” o “derecho común” los que acotaron claramente la injerencia del estado en los asuntos de los ciudadanos.

A las costas norteamericanas llegaron en el “Mayflawer” gente como Mr. Penn, que solo confiaban en Dios y en si mismos, que no vinieron a servir a ninguna corona sino más bien escapándose de ella, que las riquezas que producirían no iba a volver a Inglaterra para ganar prestigio social, sino como buenos protestantes a cumplir con el precepto de que la “riqueza es un premio de Dios al sacrificio” y que quien la recibiera tiene el mandato de utilizarla para dar nuevas y mejores oportunidades a la generaciones futuras. ( Max Weber “La ética protestante y el desarrollo del capitalismo en occidente”).

Esa gente llevaban en sus mentes el progreso y la riqueza y tras su independencia, la democracia por ellos creada estaba dirigida a alentar los intereses de los ciudadanos y no los del estado. Los pueblos de origen hispano por el contrario, vinieron a servir al Rey, a explotar la riquezas de América pensando en regresar con ellas a España donde reeditarían sus glorias cuando echaron al moro: eran en definitiva ciervos del estado imperial, precursores del estado paternalista y su degeneración posterior: la demagogia y la corrupción.

Argentina había comenzado bien desde Alberdi hasta principios del siglo XX, pero una concepción errada de la “justicia social” basada en el estado protector llevó después a la nacionalización de los recursos naturales y a la estatización de todos los buenos negocios que en lugar de formar una elite poderosa como en EE UU, determino la formación de una casta de corruptos que manejaron con ineptitud, por amiguismo los grandes intereses nacionales resultando en empresas deficitarias aquellas que hacían poderosos a los países del norte.

América fue un laboratorio donde se pusieron a prueba dos concepciones distintas con resultados opuestos: valoración del individuo y su libertad, con ciencia racional como herramienta para forjar el progreso individual y el colectivo por un lado y una Hispanoamérica dogmática que desarrolló un estatismo paternalista y confiscatorio para ponerlas al servicio de una burocracia parásita.

Con estados clientelistas que lucraron con la ignorancia de pueblos sumisosn, impidiendo la formación de capitales nacionales de la envergadura que requería la dura competencia internacional que se daría al poco tiempo y los resultados están a la vista.

Como dijimos en capítulos anteriores, todas estas disquisiciones nos iban preparando para lo que vendría en la década siguiente de los 80 donde salimos a conocer el mundo en forma directa y demostraremos para conocimiento de los más jóvenes de que manera determinaron muchas de las cosas que sucedieron después.

sábado, 10 de noviembre de 2007

9 - La riqueza y la pobreza

Allí por los 70 había salido un artículo en el diario La Prensa, que se titulaba: “La pobreza y la riqueza son problemas de la cabeza”. De inmediato se llevó la discusión al foro y todavía seguimos analizando la profundidad y las consecuencias del concepto.

La historia enseña claramente como tras el fin de los dogmatismos, con el renacimiento europeo y posterior evolución del pensamiento racional a que dio lugar, conduciría a la primera revolución industrial con la máquina a vapor , a la revolución francesa como transformación social y política, seguida en el siglo XX por la segunda revolución industrial con la producción en cadena, que sumadas habían configurado el destino irreversible de la humanidad.

La primera consecuencia aplicable a Argentina, es que el mundo había comenzado a abandonar el campo como única fuente de riqueza y habían encontrado en la industria el valor agregado capaz de sacar adelante a las sociedades cada vez más numerosas.

Los liberales de la generación del 80, habían percibido que el progreso para nuestras tierras vendría de la mano de los inmigrantes que habían participado del despertar del conocimiento y no de una población escasa y dispersa, que por una parte traían el gen contra reformista español y por otra una herencia cultural casi nula de los pueblos precolombinos, que no conocían ni la rueda ni la escritura.

En ese contexto nuestra “Pampa húmeda” fue quizás un “salvavidas de plomo” para los argentinos, ya que el aprovechamiento de las riquezas naturales de fácil obtención, aleja al hombre del esfuerzo por sobrevivir que es el incentivo para crear y organizarse que han motivado a los pueblos que no cuentan con grandes riquezas naturales como Japón y la misma Inglaterra.

Lo dicho se aprecia aún en la actualidad, donde se pretende que el campo subsidie la ineficiencia del resto de las actividades, como en los tiempos de los primeros criollos que mataba las vacas que se criaban solas y salvajes, solo para sacarles el cuero, el que se exportaba a Inglaterra y en gran medida se utilizaba para la fabricación de correas de transmisión en las florecientes industrias movidas por el vapor.

Con la frase de Juan Bautista Alberdi “gobernar es poblar”, comienza a perfilarse un nuevo mapa del desarrollo en Argentina consecuente con la destreza y capacidad para producir que traían los europeos; todo en concordancia con las claras y simples ideas de Adam Smith expuestas en su famoso libro “..La riqueza de las naciones”.

Pero el gigantesco esfuerzo realizado quedó trunco en el siglo XX cuando en Argentina se deja sentir el efecto de no haber sido los protagonistas del desarrollo del conocimiento como lo era Inglaterra, Alemania, Francia y Estados Unidos, sino los consumidores secundarios de los productos de ese desarrollo.

Si observamos la impresionante cantidad de universidades con orientación tecnológica y centros de investigación que había en EE UU y lo comparamos con nuestro país y sus universidades humanísticas llegamos a la conclusión que no estuvimos a la altura de los desafíos que traería el mundo moderno con su tercera revolución industrial desplegada tras la Segunda Guerra Mundial.

En Tinogasta mientras tanto, padecíamos una inequitativa distribución de la inmigración europea que se concentró en las provincias que hoy son grandes centros de progreso como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Catamarca toda padeció la mediocridad de sus dirigentes, no hubo fomento a la producción ni formación de capitales y curiosamente es una provincia llena de riquezas mineras naturales pero que hoy, por falta de recursos materiales y por nuestra ignorancia en el manejo de un capitalismo moderno, debemos convocar a explotarlas a extranjeros que si poseen los ingentes recursos técnicos y económicos que demanda esta industria.

sábado, 3 de noviembre de 2007

8 - El automovilismo

Otro deporte en el que participaron varios integrantes de “La Barra” fue el automovilismo: todo comenzó con el Primer Rally Internacional Tinogasta – Copiapó, realizado en febrero de 1972 y organizado por varios tinogasteños que habían estrechado lazos de confraternidad con los hermanos chilenos a través de la frecuencia de radioaficionados.

Una comisión en la que viajaban Mirolo, Héctor Rodríguez, en una camioneta de la municipalidad y en otra Luis (Rorro) Cuello y César Cuello, viajamos hasta Copiapó marcando los hitos y las distancias para realizar el cálculo de regularidad.

Marcando el camino en una Chevrolet Apache, imponente fondo cordillerano

Camino por donde pasó el rally, hoy un asfalto nuevo

Unos meses antes había visitado Tinogasta el Intendente socialista de Copiapó en la época de Allende, con miembros de su gabinete, entre los cuales se presentó un profesor universitario.

Al llegar la comitiva a Copiapó fuimos recibidos por el Rotary Club con toda pompa, al día siguiente fuimos al puerto de Calderas (74 Km) donde por la noche ofrecieron una regia cena en un restaurant construido sobre el mar, a cierta hora y bastante alegres, decidimos trasladarnos a Chañaral distante unos 90 Km de Caldera, íbamos muy rápido esa noche cuando una falla en la camioneta que conducía hizo que perdiera el aceite y se fundió el motor.

Fui remolcado casi 100 km hasta Copiapó donde dejé la camioneta en la puerta de un taller mecánico a altas horas de la noche. Al día siguiente, al ir al taller, caminé por un largo pasillo donde al final, trabajando de espaldas, observé una persona de mameluco que parecía el dueño del taller; cual fue mi sorpresa y la de él cuando nos vimos de frente: era la persona que en Tinogasta se presentó como ministro en la comitiva del Intendente.

Fue una sorpresa que costó disimular pero terminamos haciéndonos amigos.

A medianoche de un día de febrero de 1972 se larga el gran rally con participación de notable cantidad de automóviles tanto de Tinogasta como de varias ciudades del noroeste.
En la foto: primero de la izquierda el intendente de Tinogasta Gregorio Pozos en el auto: piloto, César Cuello, copiloto Luis (Rorro) Cuello y navegante: Carlos María Gorostiaga, rodeados de gran cantidad de público.

Como íbamos a participar de la carrera no tuvimos obviamente acceso a los cálculos de tiempo, pero como era diestro en el uso de reglas de cálculo, (recordar que en esa época no había calculadoras), decidimos dejar la regularidad y pasarnos a la velocidad tomado nota únicamente de las distancias en kilómetros entre hitos.

Muchos otros hicieron lo mismo sin interesarles el puntaje y nos largamos a una desaforada carrera a ver quien llegaba primero a Copiapó. Si tenemos en cuenta que en esa época se cruzaba el río Guanchín más de 30 veces, imaginarán las cosas que vimos y vivimos aquella noche.

Lamentablemente, a los pocos minutos de largado el rally se produjo el primer accidente con el vuelco del auto conducido por “Pocho” Robledo, dueño de la línea de ómnibus que lleva su nombre, que afortunadamente no se lesionó pero tuvo que abandonar.

Al ir subiendo el último tramo del paso de San Francisco nuestro auto se quedo sin fuerzas por falta de oxígeno y recuerdo la desinteresada colaboración de uno de los participantes, el señor Barrientos de Catamarca, que en un pequeño Fiat pero con un tubo de oxígeno empujó nuestro pesado Chevy hasta lograr la cima.
Paso de San Francisco el Chevy y el Fiat de Barrientos

En la gran confusión y ya casi al amanecer, suponíamos que íbamos primeros ya que no veíamos luces adelante nuestro y habíamos sacado centenares de kilómetros a los que venían haciendo regularidad.

Cual fue nuestra sorpresa cuando ya de día aproximándonos a Copiapó encendimos la radio y escuchamos a un locutor decir a viva voz: “aquí, llega el primer bravo piloto argentino....” y al momento las palabras de uno de nuestros compañeros de “La Barra” Faruk Cabur saludando al pueblo chileno en medio de la algarabía popular....

Lo que pasó en Chile, el regreso y el baile de entrega de premios sería muy largo de narrar pero fue algo inolvidable que quedará para siempre en la memoria de los participantes.